1 de mayo de 2013

La regla de las tres "ces"


Una de las cosas que le pido a un jefe es que tenga la capacidad de dar instrucciones que se amolden a la regla de las tres "ces": Claras, Concretas y Concisas. Y ello porque la puesta en práctica de órdenes oscuras, inconcretas y difusas por parte del encargado de llevarlas a cabo no solo pueden dar lugar a consecuencias indeseadas sino también provocar un vuelco en la situación geopolítica del mundo.
 
¿?
 
9 de noviembre de 1989. Egon Krenz, sucesor de Honecker como cabeza del Politburó de la República Democrática Alemana, ordena a Gunter Schabowski, portavoz del Gobierno, que en la inminente rueda de prensa y con el objeto de apaciguar los ánimos de los ciudadanos de la R.D.A., haga una somera alusión a la confusísima nueva regulación de las condiciones para viajar al extranjero. En el encuentro con periodistas de todos los países el portavoz cumple las indicaciones del jefe. Perspicaces, los plumillas detectan las contradicciones existentes en el nuevo plan de viajes ideado por el Gobierno, en base a lo cual deciden acribillar a preguntas sobre el asunto a un atribulado Schabowski, quien ante un mar de dudas termina haciendo unas declaraciones que cambiarían el mundo: los ciudadanos de la R.D.A. podrán viajar al extranjero sin la necesidad de contar con la autorización previa de las autoridades fronterizas.
 
Inmediatamente una multitud de berlineses se agolpa frente a los puestos fronterizos del Muro, Puerta de Brandeburgo, Checkpoint Charlie, Invalidenstrasse, etc, con las consecuencias que todos conocemos: el fin de la Guerra fría y de la bipolaridad en el mundo.
 
 
 
Esta reflexión señores viene a cuento por la coincidencia de dos acontecimientos: el reciente cambio de puesto y de centro de trabajo (y de jefe) y porque acabo de leer el libro La caída del Muro de Berlín. Crónica de aquel hecho inesperado que cambió el mundo, de Jean-Marc Gonin y Olivier Guez (Alianza Editorial).

Y tu jefe, ¿qué tal da las instrucciones?


1 comentario:

weiss dijo...

Jajajaja, mira tú qué tonto parece el asunto y sin embargo la trascendencia que, llegado el momento, puede tener. Como germanófilo que soy, conozco la anécdota de aquella rueda de prensa del ministro germano-oriental :D La lió parda -y para bien- el hombre por no tener muy claras las instrucciones. En mi caso no sé, aún estoy "ahí ahí", más liao que'l tobillo de un romano con el nuevo puesto (también me han cambiado de papel, hace un par de días). De momento me tienen algo confuso, la verdad :D